La Colección reúne las diecinueve marcas de las veinticuatro empresas cariñesas.
Fernando de Miguel ha depositado al Museo ANFACO los veintiocho envases que representan la importante industria conservera asentada en Cariño. A el burgalés le ha llevado más de doce años lograr reunir las diecinueve marcas de las veinticuatro empresas cariñesas y que convirtieron a esta localidad en un referente industrial de primer nivel en el pasado siglo XX, una localidad con gran protagonismo en la zona del norte peninsular.
La particularidad excepcional de la Colección de Cariño es que todas sus latas pertenecen exclusivamente a fábricas que hubo en esta localidad del Cabo Ortegal coruñés. La muestra reúne el 90% de las marcas que existieron en el siglo XX y de las que solo una, Conservas La Pureza, continúa operando en la actualidad. Muchas de las fábricas ya no existen, otras han sido transformadas en supermercados o viviendas, pero aun queda un gran patrimonio industrial vinculada la historia de la villa.
La idea de la colección surge, según palabras de Fernando, el día que visitó Cariño por primera vez con su pareja, una cariñesa nieta y bisnieta de conserveros. Fernando, diseñador gráfico de profesión sintió rápidamente interés por la historia de la industria conservera de la localidad y por su representación gráfica a través de estos objetos, tan cotidianos y a la vez artísticos. Nos cuenta, además, que la mayor parte de los envases de la colección han sido “rescatadas” de los lugares más insólitos: de un contenedor de obras junto a la Estación de Atocha en Madrid, de un gallinero en un pueblito de Burgos, de un rastro en Granada o un mercadillo de Elche y, desde luego, gracias a internet, de toda España: Albacete, Alicante, Extremadura, Barcelona, Zamora o Sevilla… de Cariño a cualquier rincón peninsular e internacional, tal es el viaje de las conservas por el mundo. Pero sin duda, el mejor lugar para recalar este largo viaje es el Museo ANFACO de la industria conservera, lugar que exhibe, difunde, conserva este patrimonio material para su catalogación e investigación, convirtiendo una simple lata en un objeto o de museo.
Muchas Gracias Fernando De Miguel por tu generosidad y contribución a la cultura conservera