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viles, en picnics, fiestas, haciendo deporte... y en las ilustraciones de
los famosísimos dibujantes Federico Ribas y Rafael de Penagos, esta
imagen era más ilusión que realidad. Pero también era prescriptora de
buenos hábitos alimenticios e higiénicos en una publicidad muy didácti-
ca dirigida a implantar nuevas costumbres en la sociedad naciente rela-
cionados con los beneficios y la calidad del producto.
El modelo de mujer moderna que nace tras la primera guerra mun-
dial ya no es la mujer cariátide y pasiva del periodo anterior, ahora
sí es una mujer activa socialmente (no laboralmente), es refinada y
es burguesa, representa por tanto el ideal de su época, sobre todo
para el fin por el que fueron creadas, para vender.
Y si hay alguien para la industria conservera que definió ese modelo de
mujer fue sin duda Federico Ribas.
Un mundo moderno Federico Ribas Montenegro fue uno de los más grandes publicistas,
dibujantes, ilustradores, cartelistas, españoles de la primera mitad del
siglo XX.
lleno de mensajes
(1920-1936)
A partir de los años veinte del siglo pasado, o de la época de entre-
guerras nace la sociedad de consumo y con ella las campañas de
publicidad. Se intensifica la publicidad en folletos, en displays, carteles,
en las revistas y en radio. La publicidad en esta época abandona los
escenarios bucólicos y los excesos de ornamentación para centrarse
en fondos planos, en espacios cerrados como restaurantes o salones
sofisticados, donde la mujer tiene un papel fundamental en el mensaje
publicitario.
La publicidad tenía como reclamo principal a la mujer, en esta década se
trata de una mujer moderna e independiente que vemos en los anuncios
de la mayor parte de las conserveras en escenas conduciendo automó-
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